Desaparecida

Un arco iris flotante espera tu llegada al alba. Lo puse allí en tu honor. No apareces, maldita sea, quizás duermas ebria, esquiva, acabada. Yo paseo junto al agua sucia, donde arrojaste nuestras últimas esperanzas, aire sucio, ciudad evito y ya basta. Consigo llegar a mi asiento, está ocupado por un tipo con una jarra helada, la cabeza como una batidora oscila hasta su entrepierna sudorosa, bebo, hablo, bebo, pienso en una preciosa animadora que salió ayer en el periódico, manejaba sus tetas como si de oropel se trataran, el cuerpo de cristal y su cara vegetal, el musgo lo invade todo. Amada mía, me condenas, con letra cursiva detallas mis desordenes escatológicos, no puedo evitar caer rendido a tus labios y añorar los dibujos que trazabas en mi pelo. Mierda intelectual, paparruchas y celulosa.

Texto e imagen digital de Félix Menkar