Refugio


Sólo soy un amigo de lo propio, un confinado ciudadano apátrida de la mente. Cultura y transposición son la emética verdad, voluntad perpleja e hiriente, que juega en el confín de caucho de nuestros apéndices en nuestros lechos. A la luz de una bombilla; en compañía de una sociedad de servicios. Anhelante. Alucinante. Inmediato y colectivo. Apasionante y apisonador. Aquí, esperando al borde de la locura, el vacío de lo lleno. Absurdos miedos basados en ser gallina. Hemos llegado a un lugar en que las sensaciones pueden agruparse y crear una sola palabra, o como máximo dos. Ahí, en ese lugar, puede aguardarse, o no, el momento apropiado.

Félix Menkar