Interruptores

Un día eléctrico, una fractura en el espacio, un diálogo que pronto nos atrapa en el laberinto de las pasiones. Hay que salir, pero no conocemos la salida. Se aceleran las pulsaciones, buscamos la correlación entre lo interior y el exterior. Andamos errantes hasta que acaba el día. Encendemos los interruptores emocionales, nos envuelve una sombra. Sombra que ensombrece la esperanza, la inocencia. Y al final del día nos invade un presentimiento: lo nuevo está por llegar.

Menkar. 21 mayo 2008

Desaparecida

Un arco iris flotante espera tu llegada al alba. Lo puse allí en tu honor. No apareces, maldita sea, quizás duermas ebria, esquiva, acabada. Yo paseo junto al agua sucia, donde arrojaste nuestras últimas esperanzas, aire sucio, ciudad evito y ya basta. Consigo llegar a mi asiento, está ocupado por un tipo con una jarra helada, la cabeza como una batidora oscila hasta su entrepierna sudorosa, bebo, hablo, bebo, pienso en una preciosa animadora que salió ayer en el periódico, manejaba sus tetas como si de oropel se trataran, el cuerpo de cristal y su cara vegetal, el musgo lo invade todo. Amada mía, me condenas, con letra cursiva detallas mis desordenes escatológicos, no puedo evitar caer rendido a tus labios y añorar los dibujos que trazabas en mi pelo. Mierda intelectual, paparruchas y celulosa.

Texto e imagen digital de Félix Menkar

La ilusión del significado


"relativity" M.C. Escher

He provocado los vientos rituales, celebrado un acto de magia en el crepúsculo agónico, bailado con los pies juntitos al asomar la Luna. En aquel momento reclamé la visión perdida, soporté el cansancio, me asome a la grieta y me detuve. Cada lugar nuevo tiene algo que me sorprende. Un poema alucinante o las repugnantes algas negras, persiguiendo tu sombra entre flores sumergidas habituadas a los débiles reflejos esenciales, cantos de sirenas y estandartes, un dulce recuerdo, mudo ahora, grotesco antes que atormenta el oído medio. Me arrepentí de haber implorado piedad por tus recuerdos, maleficio y ráfaga. Ganas de estar, de disfrutar. El dulce encanto del tarot. No hay independencia sin responsabilidad. Coherencia asomando en el fondo de una lata de calamares en su tinta. Arrojo y pasión en los semáforos y la fascinación por las luciérnagas del camino. La carta facilitó la memoria e inventó un reflejo, la existencia de lo conceptual. Sigo pensando tu rostro, intuyendo la sombra cuando todo esto acabe y no quede otra opción que el refugio en los gemidos ancestrales. Martes y dieciocho minutos después te vi, inventada, sugerida, alocada: viva.

Félix Menkar

La filosofía es un virus


La filosofía es un virus, una flor salvaje del caserón entre la niebla, calma con humo agradable. Hipnosis. Ave pintada de Marmoid, congelación del agua de colores, ligamaza en la parte superior de la cáscara de huevo, síncope y fusión del vapor de la mandarina, la satisfacción del caramelo y la chispa del enojo. Aclamación.

Mirada a lo alto, donde duermen las estrellas.

Tranquilo y afortunado martes ferroviario, imágenes del mar, una cápsula, una joya, el quemazón latente, arde la pintura de la flor del cielo, caja tranquila de Proust, próspero atardecer devorado por los bichos..

Segmento del trópico. El bosque somnoliento del paraíso, las cerezas derretidas en tu sexo y la seducción desnuda, esa zona tórrida, brillante. La ninfa de alquiler deslumbra cual visión violeta.

La mentira tiene largos dedos, otro sueño azul salvaje, despertaré para contarlo.

Enfoque de sus pechos grandes bajo la onda. Granos de paranoia, musgo negro, alma como huracán, naranjas amargas, vestido perfumado, perfil imaginado dentro de las chimeneas. Levantando arenales, cavando surcos de falsedades, simulando encuentros fingidos, montajes y despropósitos.

Ve, sonríe y espérame negra habitante de mis desdichas, descuidaré los detalles de este instante armórico, pálido hechizo, crepúsculo perfumado de tu pasado, por otras vidas, otros tópicos, otros virus.

Félix Menkar


Seminario seminal





















Se desliza alrededor del tiempo, juega con la capacidad de mi sorpresa.

Caminar con espíritu aventurero, sin cortapisas y con rompehielos. Rebuscar por los márgenes de los conceptos. Controlar la imaginación desenfrenada. Grande y atractiva, la reconstruiremos.

El deseo, traficante de la memoria, datos del caos que son escrutados por máquinas imperturbables, por cámaras intestinas, orgasmo cibernético. La fuerza biológica del deseo. Para viajar con anillos no hace falta salir del baño.

Escurridiza amiga, ubicua caracola, estamos imposibilitados para lanzar una acción paralela, simbiótica, ardorosa, sin deslizarnos por los terrenos movedizos de la querella y la discusión.

La rebelión, el acto. Preservar a los poetas, a sus músicas de desconcierto, pánico para dictadores, evitar el sacrificio antes de la orgía.

Navegante de la esfera, si en algo valoras tu vida quédate quieto, deja pasar la furia, los jinetes de crispación que recorren la llanura del despropósito. Bacalao con pimientos en la tarde azulada de los valles del Sil, con mi amigo, que eres tu, andrógino educador social de los sentidos.

Félix Menkar. noviembre 2006

Las palabras nadan






















Lengua y risa. Asume dieciséis palabras cortitas y una frase inconexa durante la comida. Bocas incrustadas que desatan los recuerdos, aceituna de la asfixia, gusanos de ceniza. Amor a fuego lento, pensamiento húmedo, deshielo de gravedad. Los paseantes me hablan al oído, insinúan revelaciones de una diosa perturbada. Aquellos que duermen se lo están perdiendo. Espantar las moscas. Sus ojos miopes desnudando cuerpos tipográficos, ratoneras aptas para organismos encendidos. Infinita caída hacia arriba. La sangre se evapora en un jardín de espejos. La memoria nos condena. Ojos y risa, fresca escarola con flores en la ropa. Matriz del viento, crujido y dolor, profanador del territorio, manipulación y empuje. Un roce, un susurro, una risa: las palabras nadan.
Félix Menkar. Noviembre 2007

Los pacifistas que apilen los cadáveres.


Hubo un tiempo singular en que permanecimos alejados de la estética del realismo documental, ajenos a los experimentos del clímax cerebral, adaptación social para extranjeros del alma. Ciudadanos, naúfragos multiculturales sin esperanza cierta.

!! Los pacifistas que apilen los cadáveres !!.

Maliciosa teología del poder, recorte de la adaptación humana, giro antropológico: la palabra contra el sacrificio. Ansia insaciable de exotismo, cabellera suave que reluce tras el escenario, el viaje interior, simbólico, excelso, reflejo de un cielo brutal de primavera, ninfas, sirenas aullando en barreños de locura. Digresiones defensivas. Aplicar la ley del silencio. La lucidez está coja sin el humor. Frente al vacío cada minuto cuenta, nos salva la alegría.

Félix Menkar

Educar (nos)


Educar no solo es transmitir conocimientos,
o enseñar a utilizar un método.

Educar es plantear problemas,

Responder a las preguntas,

realizar búsquedas y encontrar caminos,

buscar alternativas,

fomentar la curiosidad,

experimentar la praxis.

Pero fundamentalmente educar(nos) es,

formar seres humanos,

ofrecer los recursos necesarios para solucionar sus problemas.

La existencia es difícil,

en ocasiones, adversa.

A veces,

la ausencia de expectativas
al acometer un proyecto de vida nos supera

y la pereza o el miedo acechan

y nos sentimos vulnerables.

Otras veces huimos,

nos mostramos sumisos,

nos escondemos,
o atacamos si estamos acorralados,
pero siempre se hace necesario seguir hacia adelante
sin que la vergüenza o el temor nos paralicen.

Los educadores deben ante todo,

señalar los caminos de la comprensión.

Proporcionarnos confianza y sentido de la perspectiva,

de los horizontes palpables
y soñados.

Félix Menkar

Hay que reinventarse cada día uno mismo


Propósito para una tarde naranja de otoño: convertirse en camaleón. Llorar por la belleza robada, por las lunas de Orión y la tragedia humana. Desplazarse bajito sin molestar a los idiotas del disimulo, por si se enteran y te descubren diluyendo la cultura en los territorios del arte. Poco te puedo decir, no me queda tiempo, estoy continuamente hablando. Habito entre depredadores; tengo pocas esperanzas de establecer pactos con ellos. La civilización reniega del progreso y éste reniega del concepto de existencia. Los humanos creamos armas para matar los sueños y también losas para enterrarlos. Educación para la morralla y libertad para los recluidos mentales, victimas de la intolerancia de los normales. Me miro en el espejo y descubro en lo que me has convertido, indigno manipulador, príncipe de la infamia, abomino de tu existencia mediocre. Si, castígame por mi insolencia, por mi osadía; te sentirás satisfecho, cumple con tu obligación, has sido educado, te han preparado para ello.

Félix Menkar.

Refugio


Sólo soy un amigo de lo propio, un confinado ciudadano apátrida de la mente. Cultura y transposición son la emética verdad, voluntad perpleja e hiriente, que juega en el confín de caucho de nuestros apéndices en nuestros lechos. A la luz de una bombilla; en compañía de una sociedad de servicios. Anhelante. Alucinante. Inmediato y colectivo. Apasionante y apisonador. Aquí, esperando al borde de la locura, el vacío de lo lleno. Absurdos miedos basados en ser gallina. Hemos llegado a un lugar en que las sensaciones pueden agruparse y crear una sola palabra, o como máximo dos. Ahí, en ese lugar, puede aguardarse, o no, el momento apropiado.

Félix Menkar